miércoles, 15 de julio de 2009

Miedos y rimas...

No se cuanto temo, ni cuantos son los miedos que tengo. Pero reconozco unos cuantos que llevo en mayor o menor grado a la piel pegados: Al fracaso, al rechazo, a pasar desapercibido, a no percibir lo importante, a que las oportunidades pasen delante sin de ellas formar parte, a sufrir, a no reír, a mentir y que me lleguen a descubrir, a que me mientan y no darme cuenta, a pensar más de la cuenta, a no llegar a amar antes de los 50, a tener mis principios a la venta, a no cumplir mis sueños y que se transformen solo en sello de mi juventud, a acabar en un ataúd sin actitud ni cosas que legar a los vivos, que el sueño de mi vida se acabe conmigo, a la muerte solo si llega antes de lo que la espero, a dios solo si existe y es como lo visten pasado a castigo y juicio acabará conmigo por decir que era ficticio, a mi mente en la oscuridad cuando juega con sombras dibujando siniestras formas que vienen de todos estos miedos juntos, a que mi genio siga oculto, a que éste solo haga bulto en mi imaginación, a no plantar un árbol, no tener un hijo y no escribir una canción, a no lograr la sanación del alma humana, a vivir sin vivir y morir sin existir, a no ser yo, a que me remplacen palabras vacías y lágrimas necias cuando me vuelva solo cuerpo inerte, a desperdiciar mi mente, mi gente y sus gestos, a no llevar a mis hijos su alimento, a no eliminar de la dieta del hombre el sufrimiento, a que todo lo hecho y dicho sea solo un intento, más miedo me da que sea uno malo, a no dar con tu mano, a quedarme enano, de ser, para ver, para creer, para darme a entender, para comunicar, le temo a amar sin llegar a dar todo de mi, a dejarme estar y engordar, no por la gordura sino por el tiempo perdido, a no transmitir mi amor por lo vivo, a que mis miedos no me dejen hacer y quedarme solo con lo que digo y ahora escribo, a temer por lo grande de mi ego, a ser solo una pieza de un lego y terminar en el basurero luego, a no tener fuego para encender mi propia llama, a dejar de arder y no volver a ver a B* (que punto aparte si era un buen juego)... Le temo al hombre injusto, al avaro, al que envidia, al incorrecto y al correcto, al que no respeta ni a los muertos, a todos ellos porque los llevo puestos y todos estos miedos son restos de su precensia mixeados con mi esencia, temo a no dar con ella.

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