miércoles, 24 de febrero de 2016

Trabajar y transformar.

Es verdad, todo se transforma por sí mismx, así es este universo que habitamos.

Ahora bien, en mí se cristalizó ya, la profunda convicción de que en materia de humanxs, transformarse depende del trabajo consciente (atento) de cuatro áreas que han de unirse en una única manera de ser: pensar (se) + sentir (se) + experimentar (se) y crear (se)

Este camino me parece necesario para los que creen de algún modo en la libertad, la autonomía y la armonía de lxs seres humanxs.

En términos macrosociales todavía falta reconocer a qué áreas podrían estar asociadas cada una de nuestras instituciones y darles la vuelta, porque definitivamente; el cuerpo (que experimenta) está ungido en violencia, esa que nos duele en medio oriente, la araucanía, femicidios y cada marginadx de este sistema de competencia y segregación. La mente (que piensa) está corrupta, ahogada en vicios y vacíos, en directa relación con la experiencia automática del cuerpo, identificada está con cada placer y violencia, su fluir ha sido determinado por el entorno, ya no tiene autonomía, está cooptada por la economía del capital. La emoción (que palpita) sigue aquí, esperando un despertar, la maloliente consecuencia de un cuerpo violentado y una mente automatizada nos tiene los poros llenos de hollín, ya no se entiende qué se siente, ni sabemos qué podemos entregar de manera consciente, se nos sale el hollín sin darnos cuenta, lo esparcimos en violencia automática.

Ante esto, trabajo sobre mí, agradezco tu existir, fortalezco mi voluntad y doy rienda suelta a mis experiencias del cuerpo y la emoción.