domingo, 21 de agosto de 2016

Soltarte.

Abrí una puerta de madera bien seca que daba a tu patio
desde la silla me viste entrar tímido en tus espacios sagrados.

Un pupitre esperaba por quien estudiase, entonces pensé ser yo
pero erre al pensar, debí sentir y seguir de largo, es tuyo.

Lanzado a la periferia
veo aquel desorden como el más armónico
aunque no codifico cuanto he presenciado
creo haber visto bastante
en apenas ese instante.

Mis pasos parece, cruzaron fronteras
me llevaron a una alberca de dulce agua
hermosa montaña de otoño
con ella riegas un bosque de esperanza
y crece tupida, tu maravilla espiritual.

Atónito, he vuelto tímido al sendero
para hacerme de nuevo y unirme a la historia
vivir en revolución con presencia, memoria
y proyectar mis pasos en consecuencia con mi esencia.

Para esto mis versos, para abrirme a la espesura
sin premura, hacia el púrpura ocaso que despide este interludio.