domingo, 24 de enero de 2016

Luna llena en Leo.

Entonces qué podrá ser lo que me mueva, será que no puedo quitarme de encima el instinto, que mi mente sufre por dar paso y rienda suelta al sigiloso estímulo sexual, entra desde mis pies hasta mis dedos tecleando sin respiro sobre mi alma que no se termina de redactar.

Entonces la voz no da, se funde en el sinsentido de la estirada realidad, que da para perderse dentro, perderse en lo profundo del desconocimiento, de la propia ignorancia, la máquina perecerá sin ser comprendida, sin comprenderse en unidad con cada partícula.

Entonces me rebelo, me trenzo los cuerpos, me vuelvo apología de mis miedos, temo no resolverme antes de morir, por ello seré valiente, seré uno más y el único sobre mis pies.

El volcán de mi pecho y el mar de mi mente son iluminados por el claro de luna llena. Se van las tristezas, las ideas de frustración prematura, la congoja por el futuro, el martirio de la incomprensión, el balbuceo infructífero, la modorra y la fragilidad.

Entonces nazco con mi muerte. Auuullo para cerrar el pasado, vivir el presente y decretar el futuro.

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