Detenido.

Pensó en la vida, en el instante distante en el que llegase su muerte.
Pensó en el silencio, en la mañana aquella que trajo la histeria.
Pensó en el ruido, supuso que vino con la muerte y la histeria seguía con ella.
Pensaba sin sentir, porque el viento ya no soplaba, porque la brisa ya no estaba.
Sentía el pensar, sabía del tiempo y su fuerza, sabía del cristal que llamaban sol.
Sentía la ausencia, la luna reflejaba su dolor.

Afuera ya no escuchan, ya no hablan, ya no trabajan en sí.

Estamos solos ahora, pero no puedo dejar de sentirte.