martes, 16 de abril de 2013

Lejos.

Todo a cambiado, las distancias, las ansias, las mañas, las caras raras. Ya nada es igual. No significa un ceño fruncido en Vienna lo mismo que en París o en Santiago.

Ahora todo tiene un nuevo cariz, estoy resignificando, adquiriendo nuevas profundidades, la vida no es ligera, es densa si puedes excavar. Y quiero hacerlo, quiero reconocer el habitante que me irrita, al que me alegra y al que súbitamente se apodera de mi éxtasis.

Las páginas ya no se llenan sin querer, estoy buscándome.

Hoy, con centímetros de alcohol navegando mis venas he sentido el peso de la distancia. Desearía entenderlo, desearía remover la ausencia, quiero la paz del bosque, la alegría de jugar.

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