Tanto mundo y una sola vida.

Sentarse de noche, pasado las 3:30 de la mañana, escribir unas líneas para subir el pensamiento en línea. Y subir el ánimo.

Una gran obra, jamás contada, ni tocada, ni pintada, ni siquiera pensada. El mejor regalo de su tiempo para el tiempo que lleva viva la humanidad, un regalo de la misma humanidad para sí misma. Un carnaval, música de trompetas y tambores del corazón, bailes de mentes, dementes haciendo de cuerdos al fin.

Acordarse de estar vivo y lo que ello significa, de sentir el aire que respiras agradeciendo cada partícula.

Abriremos la boca, abriremos el alma, abriremos el espíritu de todos en cada uno. Soñar no cuesta nada, nada. Abriremos la mente, abriremos la puerta y libres sabremos jugar sin dudar de jugar. Baila perfecto, canta perfecto, pinta perfecto, ríe perfecto, pisa perfecto... porque perfecto fuiste al llegar y perfecto te irás.

Sentir la perfección instantánea, la del fluir inmediato, la respuesta adecuada en el momento adecuado a la pregunta adecuada del ser adecuado. Educados por la eternidad misma, perfecta en su propio caos.